<i>Los Refranes o Proverbios en Romance</i> (1555), de Hernán Núñez, Pincianoстатья из журнала
Аннотация: ABRAHAM MADROÑALEl complicado proceso de recopilación de los refranes y la peculiar manera de llevarlo a cabo por parte de su recolector merecen también un análisis que muestre hasta qué punto de puede hablar de originalidad en la obra.Por otro lado, la importancia concedida a las diferentes lenguas romances de la obra: catalán, valenciano, asturiano, gallego, italiano, francés y portugués hacen de la recopilación del Comendador Griego un ejercicio singular que plantea una serie de problemas lingüísticos añadidos como es el que atañe a la traducción de términos.No se puede olvidar que nos encontramos delante de la obra de un filólogo, el Comendador no es como Melchor de Santa Cruz, el de la erasmiana Floresta de apotegmas (1574), un aficionado de muy pocas letras; se trata de un humanista de gran talla, colegial el Bolonia y discípulo de Nebrija, y que pertenece a una de las mejores familias.Esa formación cortesana, junto con su grado «de maestro en Alcalá primero y en Salamanca después, los frecuentes viajes y conocimiento de tierras, el contacto con lenguas muy diferentes, como el árabe en su etapa granadina, y la propia singularidad del personaje (su comportamiento ascético en la vida, su vinculación comunera, su soltería por voluntad o el hecho de no reparar en nada para desacreditar personalmente a un opositor a cátedras...) hacen todavía más atractiva la consideración de esta obra, que está salpicada de alusiones biográficas, algunas de las cuales, felizmente desentrañada, tendremos ocasión de comentar.El filólogo que es Hernán Núñez, glosador de las Trescientas y editor de autores tan sesudos como Plinio o Pomponio Mela, traductor además de Piccolomini, aporta una nueva óptica a la figura del recolector de refranes, por cuanto no acepta sin más el proverbio según le llega, es capaz de buscarle origen, de regularizarlo métricamente, de sugerir de qué manera puede estar corrompido o de buscarle una relación con una sentencia clásica.Tarea esta última, según parece, que quería llevar a cabo con la totalidad de los refranes recogidos, por más que no le diera el tiempo a terminarla.Núñez se comporta en más de una ocasión como el lexicógrafo que intenta definir las palabras que emplea, como el etimologista que nos da cuenta cierta de su origen o como el dialectólogo que sabe circunscribir un término a su zona geográfica precisa.No es la suya una recopilación más en el xvi, es por antonomasia el refranero al que aludirán todos hasta llegar otro maestro salmantino, como es Gonzalo Correas, un siglo más tarde.El Comendador y sus refranes son fuente de cita cada vez que se quiere referir alguien a un refrán, como por otra parte es lógico, dado que la suya es la recopilación impresa más extensa de cuantas existen en la época.Por eso cuando don Quijote quiera censurar a Sancho el comportamiento de traer refranes a colación, vengan o no a cuento, se acordará de los del Comendador, probablemente la fuente en que bebió la más
Год издания: 2002
Авторы: Abraham Madroñal Durán
Издательство: Spanish National Research Council
Источник: Revista de Literatura
Ключевые слова: Spanish Linguistics and Language Studies, Early Modern Spanish Literature, Literary and Cultural Studies
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Открытый доступ: diamond
Том: 64
Выпуск: 127
Страницы: 5–39