Аннотация:A partir del estudio de testimonios y entrevistas personales con ex detenidas-desaparecidas de la última dictadura militar en Argentina sostengo que, si bien todos los testimonios del horror están impregnados por la presencia del silencio, los testimonios de sobrevivientes argentinas que comienzan a surgir masivamente desde los noventa contienen dos aspectos fundamentales que los distinguen de otros. El primero es que sugieren una diferencia importante entre dos tipos de silencio, uno mudo y el otro elocuente. Y el segundo es que llaman a un interlocutor capaz de escuchar sus silencios elocuentes. De este modo los silencios en estas narrativas testimoniales no encubren una verdad, sino que son ellos mismos la verdad. La mujeres asociadas históricamente con el silencio, se presentan como las indicadas para hacer de este no lo opuesto al lenguaje, sino el lenguaje mismo como lenguaje del trauma, invitándonos a leer el silencio, a descifrarlo, a leer más allá de las palabras, a entrenar el oído para escuchar "los indicios" de la verdad, aceptando la imposibilidad de capturar el significado de estas experiencias del horror en su totalidad. Sin embargo, esta imposibilidad no implica una parálisis, un punto final, sino que llama a la necesidad de “trabajar” ese silencio, agregándole valor, con el fin de transformar tanto la identidad de la víctima como la de la sociedad misma, creando oyentes empáticos y nuevos modos de ciudadanía.